Ardelaine

Trabajar la lana de forma sostenible

Saint Pierreville, un pueblo escondido en la Ardèche

Para llegar a Saint Pierreville, pueblo donde se sitúan las hilanderías de Ardelaine, hay que atravesar primero el escarpado paisaje de las Boutières, y sus profundos valles, atravesados por arroyos y salvados por antiguos puentes de piedra. Es difícil imaginar que bajo estas colinas cubiertas de vegetación hubo una vez plantaciones, abandonadas por el éxodo rural y ahora reclamadas por el bosque. En el pasado, estas escarpadas tierras fueron refugio de los hugonotes, minoría religiosa perseguida en Francia durante el siglo XVI.

Sin embargo, hoy en día se está vaciando de sus habitantes y sólo quedan unas pocas personas que trabajan en la ganadería ovina, las plantaciones de castañas o el turismo. En este paisaje idílico pero desértico, Saint Pierreville es una excepción. 

ODDAFIP_map_gruffy

Un pequeño pueblo de casi 600 personas tiene una población bastante joven para la región, y sigue creciendo. La razón de esta anomalía es una vieja hilandería, resucitada por un grupo de jóvenes idealistas. 

Ardelaine, la creación de los idealistas de los años 70

En los años 70, un grupo de estudiantes de toda Francia llegó al pueblo de Saint Pierreville. Pertenecían a la generación que había vivido las manifestaciones estudiantiles de mayo del 68, cuando miles de jóvenes de todas las universidades de Francia salieron a la calle para defender una forma diferente de ver el mundo, que rechazaba el consumismo y el capitalismo.

En aquella época, muchos de estos jóvenes iban a lo que se llamaba el "tercer mundo", en busca de poblaciones empobrecidas a las que apoyar. Pero este pequeño grupo de 7 estudiantes eligió viajar por la vaciante campiña francesa para salvar sus conocimientos ancestrales que están desapareciendo.

En Saint Pierreville, descubrieron una hilandería en ruinas, abandonada por un propietario que ya no creía en la rentabilidad de la lana. Aunque la mayoría de los habitantes del pueblo desconfían de los recién llegados, el dueño del molino decide apoyar a los jóvenes del pueblo cuando se ofrecen a restaurar el molino

Juntos, lo reconstruyeron, con la esperanza de salvar el patrimonio, pero también de reanudar el procesamiento de la lana como empresa cooperativa. Poniendo en común sus ingresos y gastando lo menos posible, el pequeño grupo reconstruyó la hilandería y aprendió a trabajar la lana, desde la esquila hasta la comercialización. En 1982 se creó   Ardelaine.

oddafip_amandine%20petroff1
oddafip_amandine%20petroff2
oddafip_amandine%20petroff3

Ardelaine, un proyecto de producción responsable

Desde entonces, Ardelaine se ha especializado en la creación de colchones, edredones y ropa de lana hechos a mano. Para reducir su impacto de carbono, optan por vender sus productos a corta distancia.

Además, también establecen normas ecológicas que deben respetar los criadores de ovejas para limitar el uso de productos químicos en el tratamiento de su lana. Ardelaine esquila 50.000 ovejas de 300 ganaderos cada año, y estas lanas se clasifican, se lavan, se cardan y se convierten en sus productos.

Los empleados de Ardelaines cobran el salario mínimo, y alternan entre la fabricación de colchones, cojines, edredones o la venta en la tienda, para fomentar la polivalencia y evitar la monotonía del trabajo, en talleres de 5 personas de media. A pesar de los bajos salarios, el coste de la vida también es muy bajo en la región, y sus servicios son compartidos. Ardelaine también ha creado un taller de producción en un barrio sensible de Valence.

En la actualidad, Ardelaine cuenta con más de 60 empleados, entre ellos un inmigrante sudanés, y la empresa crea entre 1 y 2 puestos de trabajo al año. Su gobernanza es cooperativa, con directivos elegidos entre los empleados. A pesar de su éxito, el funcionamiento de Ardelaine depende de su viabilidad económica: su actividad económica requiere mucho trabajo manual y unos conocimientos técnicos poco comunes que deben transmitirse a los nuevos empleados. El coste de sus productos es más elevado que los del mercado convencional debido a su enfoque artesanal y a los altos costes de producción. Este reto se supera con la participación de los empleados, que también son copropietarios.

Hoy en día, Ardelaine se ha convertido en un lugar turístico por derecho propio, con un restaurante, un café y una librería, así como un museo que recorre la historia de las antiguas hilanderías de la región y los conocimientos ancestrales de la transformación de la lana. Las actividades del grupo han dado nueva vida a una aldea antes moribunda, donde ahora hay una guardería y una escuela primaria.

Manuel-Antonio Monteagudo

¿Qué ODS?

¿Tiene una pregunta?

CONTÁCTENOS

contacto ODDAFIP