Sofia
Emanciparse a través del comercio justo
Batla House, un gueto musulmán en Delhi
Sofía trabaja en los talleres de TARA Projects situados en una zona acomodada del distrito de Okhla, en Delhi. Este edificio, que da a un pequeño parque, está lleno de trabajo: sus cuatro plantas están dedicadas a la creación y producción de joyas, pero también a la logística del proyecto y al mantenimiento de un gran archivo, donde se guardan las joyas no vendidas.
Sofía trabaja en un salón amplio y ventilado frente a una mesa llena de cables y joyas. Flanqueada por hombres y mujeres de todas las edades, trabaja a un ritmo constante y concentrado, produciendo joyas según los diseños creados por el maestro artesano. El maestro artesano tiene su propia mesa en un rincón de la sala, donde inventa nuevos productos y técnicas de producción.
Sofía vive no muy lejos, en Batla House: un auténtico gueto musulmán, antiguo barrio marginal construido a orillas del río Yamuna, que se ha urbanizado y verticalizado rápidamente. Toda la zona parece una maraña de edificios, cables eléctricos y carteles de neón, atravesada por un flujo de moto taxis y transeúntes, vestidos al estilo occidental o con ropa blanca. Cuenta con una población joven, fomentada por la cercana universidad pública Jamia Millia Islamia.
El gueto de Batla House es relativamente próspero, pero también relativamente nuevo, ya que se fundó en la década de 1980, durante un periodo de cierre de la comunidad musulmana, atemorizada por los disturbios anti sij de los años 80.
El barrio volvió a crecer durante un segundo periodo de miedo, motivado por los pogromos antimusulmanes de la década de 1990, y la desconfianza de algunos propietarios hindúes hacia los inquilinos musulmanes. Un fenómeno de guetización desgraciadamente común entre una población que no se siente protegida por el gobierno.
Iniciativas de los Proyectos TARA desde la década de 1960
TARA lleva apoyando a los artesanos de Delhi desde los años 60, ayudándoles a formar parte de la red mundial de comercio justo. Alentada por los primeros resultados positivos, la asociación ha organizado posteriormente acciones en los estados vecinos, apoyando especialmente a las poblaciones desfavorecidas y discriminadas del país.
El apoyo que presta no es sólo en la producción de artesanía, sino también en su difusión y en la negociación de los salarios de los artesanos, que están indexados al salario mínimo del Estado. Los artesanos también reciben formación en talleres de alfabetización y matemáticas, y su remuneración periódica va acompañada de cotizaciones y seguro médico.
Además, TARA Projects se encarga de sensibilizar a la población de la India y del mundo entero, denunciando la explotación y el analfabetismo de los artesanos indios y promoviendo el comercio justo.
En efecto, muchos artesanos indios son captados por los comerciantes de artesanía en el comercio convencional. Estos traficantes se aprovechan del saber-hacer de estos artesanos para hacerles trabajar por salarios muy bajos y en condiciones a menudo peligrosas, empujándoles a veces a hacer trabajar a sus hijos para llenar sus cupos.
El empoderamiento de Sofía a través del comercio justo
Antes de unirse a TARA, Sofía era una de esas personas vulnerables. Procedente de una familia de emigrantes musulmanes, tuvo que dejar sus estudios y ponerse a trabajar cuando su padre, trapero, cayó enfermo. Afortunadamente, sus padres apoyaron su búsqueda de trabajo, ya que su familia ampliada consideraba que el trabajo la deshonraría.
Tras una visita a los talleres de TARA, fue contratada en la sección de joyería. En su grupo de trabajo, pudo ahorrar 200 rupias al mes para financiar un seguro médico y pedir pequeños préstamos. Esto le permitió pagar el tratamiento de sus padres, pero también instalar agua potable en su piso y comprar un scooter que le permite llegar fácilmente a la oficina.
Han pasado varios años desde que Sofía comenzó su trabajo. Con sus ahorros, ha construido un piso en un terreno que ha heredado, y está empezando a recibir ingresos. Su familia ampliada ha vuelto a conectar con ella, impresionada por la mejora de sus condiciones de vida. Las niñas de su familia la ven como un modelo a seguir, y espera que esto cambie sus prejuicios sobre las mujeres.
Después de estos años difíciles, Sofía ha adquirido convicciones contrarias a las de su familia: se niega firmemente a casarse y, en cambio, espera dedicar sus próximos años a formar un taller de artesanía para que otras mujeres puedan independizarse.
"Hoy tengo más confianza en mí misma. Me he dado cuenta de que mi vida puede cambiar a mejor, y de que las mujeres son capaces de trabajar tanto como los hombres”.
Manuel-Antonio Monteagudo
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